domingo, 1 de febrero de 2015

Chicha, fermento de revoluciones

Revoluciones. “La confortadora chicha, en ocasiones, ha sabido hacer de los arequipeños heroicos leones”, decía don Ricardo Palma. Es cierto, muchos alzamientos del pueblo arequipeño se han fermentado entre “bebes” de chicha. Sin duda, los abuelos de nuestros abuelos se pasaban de revoluciones en las chicherías.

La chicha hoy. Esta emblemática bebida convertía a los arequipeños en temerarios y ardorosos defensores de los valores cívicos, tanto que llevó a reconocer a Arequipa como el “caudillo colectivo de la República”. Hoy no hay leones del sur, parece que los arequipeños de ahora se edulcoraron y espumaron por su preferencia por las gaseosas y por relegar a la chicha, leche de héroes, fermento de rebeliones.

Correo Arequipa, 3 de agosto del 2013.
Su primera fiesta. Ayer, cerca de las once de la mañana, un grupo de guapas “ccalitas” vestidas de cholas arequipeñas arribaron a la Plaza de Armas, afanosas iban contoneándose de aquí para allá. Organizadores, cocineras y colaboradores trajinaban en torno a las mesas acondicionadas para celebrar la Primera Fiesta de la Chicha. Era evidente que no lograrían tenerlo todo listo a la hora acordada, pero al menos contagiaban su entusiasmo.
A un costado del escenario levantado la noche anterior, la foto de un enrome “caporal” de chicha avivaba la sed de los curiosos. Al cabo de unos minutos, había un enjambre de personas afanosas por conseguir un boleto en una de las cuatro cajas dispuestas.
Allí estaban las más reconocidas picanterías ofreciendo sus mejores “jayaris”. Todo limpio, todo bien dispuesto. Salvo por la generosidad de sus platos típicos, las cocineras en nada se parecían a la de la gigantografía que estaba a un lado del estrado: anciana, matronal, de mandil raído y ollas tiznadas.

Chicha nuestra. Fue un gran evento, hubo rica comida (charquicán, loritos de liccha, etc.) y buena música (los íconos “Torito” Muñoz y Víctor Dávalos); un estupendo intento de revalorizar lo arequipeño, sin embargo, como dijo un anciano poblador de los que por allí pasaban, quizá recordando tiempos idos, esta fue una “fiesta hecha solo por ccalas”.