El asedio de los corsarios a las costas americanas en el
siglo XVI dio origen a una especie de incipiente periodismo peruano en su forma
primitiva de relación informativa. Las relaciones eran textos dedicados
generalmente a un solo tema y publicados en ocasiones notables, la captura del
pirata John Hawkins, por ejemplo.
Luego aparecen los Noticiarios, que venían a llenar la
necesidad de información sobre España y el resto de Europa. Un siglo después,
empieza a circular la primera Gaceta de Lima. Este género fue siempre un tipo
de periódico oficial, muy controlado por el Gobierno y la Iglesia, con pocas
noticias locales.
El primero en publicar un diario en el Perú fue el español
Jaime Bausate y Mesa, su primer número apareció el 1 de octubre de 1790 bajo el
título de Diario Curioso, Erudito, Económico y Comercial, sin embargo, no gozó
de mucha lectoría, pues las noticias oficiales aparecían en la Gaceta y las de España llegaban en el famoso cajón (una caja de madera en la que se
traían impresas las noticias de la madre patria).
El Mercurio Peruano haría su aparición el 2 de enero de 1791
y fue, como es sabido, la expresión escrita de una corriente de pensamiento
representada por la Sociedad Amantes del País.
Durante el periodo que precedió a la Independencia, los
periódicos se caracterizaron por tener parte en el encarnizado combate entre el
virrey Abascal y los liberales. A pesar de que las Cortes de Cádiz habían
promulgado la libertad de prensa, el virrey, con astucia y fuerza, se encargó
de que esta no se cumpliera.
Cuando el general San Martín desembarca en Paracas trae
consigo, además de cañones y caballos, imprentas que servirían para la
propagación de volantes y periódicos a favor de la causa patriótica.
La etapa seguida de nuestra emancipación se caracteriza por una virulencia caudillista y un periodismo rastrero y comodín. Cada caudillo
tenía su periódico desde el cual embarraba al adversario. Esto no obstante las
leyes de libertad de prensa y opinión que finalmente fueron censuradas por el
general Santa Cruz.
Paralelo al establecimiento del capitalismo en el Perú, el auge
del guano y del salitre y la posterior guerra con Chile, se da un periodismo
igualmente movido por intereses políticos además de económicos. Lo más relevante de esta etapa es la aparición del diario El Comercio (1839) y la figura de
Andrés Avelino Aramburú, primer digno referente del periodismo nacional.
En las primeras décadas del siglo XX surge la prensa masiva.
Destacan las fundaciones de los diarios La Prensa (1903), La Crónica (1912)
–primer tabloide peruano– y El Tiempo (1916), donde escribía José Carlos
Mariátegui, quien luego fundaría el diario La Razón. Mariátegui, desde la
revista El Amauta, fue un formidable adversario de la Patria Nueva de Leguía; además, Amauta resultaría un hito del periodismo por sus aportes cultural, social y político.
Los continuos golpes de Estado entre 1948 y 1970
coincidieron con la adopción en el Perú de la objetividad periodística. El
primero en adoptar este estilo y las técnicas de la pirámide invertida fue
Pedro Beltrán, del diario La Prensa. Por entonces se inicia la modernización de
los diarios en diagramación y redacción.
En el gobierno del general Velasco Alvarado los medios de
comunicación son expropiados, y no es hasta la ascensión al poder de Belaunde
Terry (1980) que son devueltos a manos de sus dueños, poniéndose así fin a la
censura militar.
Tras el autogolpe de Alberto Fujimori (1992)
gran parte de los medios fueron tomados
por el Ejército durante dos días. Las motivaciones autócratas de ese gobierno
impusieron la compra de líneas editoriales y la manipulación de la prensa chicha.
En la actualidad, el periodismo está signado por la
derivación de temas importantes como educación y política interna hacia la
preferencia de reportajes sobre estilos de vida, consumismo y farándula,
descuidando así sus más altas motivaciones: vigilar al poder y dar voz al que
no la tiene.
No hay comentarios:
Publicar un comentario